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martes, 9 de julio de 2013

M.Abdala


Opinión: "El escenario actual y el movimiento obrero"

Escribe Marcelo Abdala. Coordinador y dirigente del Pit-Cnt.

 
Es más que notorio que estamos atravesando una escena política nacional más que interesante y compleja. Yo creo que lo más relevante del escenario actual se pone de manifiesto a través de 3 cuestiones acaecidas en la segunda quincena de junio.

La primera está referida al resultado de la encuesta de cifra promocionada en el informativo de canal 12 el 12 de junio próximo pasado. Según la misma si las elecciones fueran hoy un 45% votaría al Frente Amplio y toda la oposición sumada alcanzaría un 40%. Si se transfieren -como es de estilo- estos porcentajes a los indecisos, el FA ganaría las elecciones en primera vuelta.

La segunda es la evidente derrota de la intención patronal –para ser justos específicamente de la Cámara de Industrias del Uruguay y la Cámara Nacional de Comercio y Servicios- de que la OIT coloque en la lista de países incumplidores a nuestro país, por el desarrollo de la negociación colectiva. Este fracaso o derrota adquiere aún mayor dimensión, si tenemos en cuenta que la reciente conferencia de la OIT estuvo signada por un evidente clima mundial de ofensiva del gran capital contra los trabajadores, a los efectos de trasladar el peso de la crisis internacional a las espaldas de la mayoría.

La tercera es el rotundo fracaso de la derecha política en su objetivo de derogar la ley de despenalización del aborto.

Sin embargo estos 3 hechos que marcan un clima favorable al desarrollo de transformaciones profundas en la estructura económico-social del país y en particular la evidente derrota en batallas importantes del bloque de poder (en su doble expresión, social y política) no han tenido el realce público necesario. El régimen capitalista es sumamente eficaz en amplificar lo que le conviene y ocultar lo que le es molesto.

En este cuadro el movimiento obrero, componente vertebral del Bloque político y social de los cambios, actuará desde su independencia de clase –que no tiene nada que ver con prescindencia del acaecer económico, político y cultural de la república- para conquistar un conjunto de realizaciones programáticas importantes en sí mismas, por ser avances concretos, pero más importantes aún por ser formas de tránsito hacia la generación de la totalidad de las condiciones para el desarrollo de transformaciones profundas en la vida nacional en el sentido de promover los intereses populares.

Para cambiar nuestra matriz productiva, sistema de compras públicas como forma de desarrollar redes de proveedores nacionales del estado que generen miles de puestos de trabajo de calidad; Industrias Navales del Estado como forma de desarrollar una empresa locomotora de todo un nuevo sector industrial en el país aprovechando la potencialidad de su ubicación estratégica en el atlántico sur.

Para expandir los derechos del pueblo a través de procesos que ubiquen la salud como derecho humano y no como coto de caza para el lucro de unos pocos, que concreten el derecho de los trabajadores a desafiliarse de las AFAPs e impulsen por miles el Programa de Vivienda de nuestra Central para alegría de los trabajadores y sus familias, solo para mencionar algunos aspectos del programa en proceso de concreción.

A su vez esta perspectiva estará presente en los debates públicos de cara a la rendición de cuentas y ante el hecho de que cientos de miles de trabajadores actuaremos para mejorar la vida, en la ronda actual de negociación colectiva en los consejos de salario.

Una estrategia de desarrollo nacional de cara al pueblo, se ira moldeando en el burbujeante crisol de las luchas populares, por abrir en nuestra república un camino de avances democráticos.

La dirección y el ritmo de este camino crítico (por ser de transformaciones profundas, no se habrá de desarrollar idílicamente) derivará de la variación en el conjunto de la relación de las fuerzas sociales y políticas, expresión del antagonismo entre los 2 proyectos de país en pugna y las fuerzas que defienden cada una de las perspectivas presentes en la realidad nacional. Esto en el cuadro de una América Latina en búsqueda de su desarrollo continental.

Es claro que en este contexto que las fuerzas de la reacción, especialmente representadas en varios editoriales de El país –personero de la dictadura que asoló la vida de la república hace 40 años- y en varios de sus artículos que destilan estiércol contra el movimiento obrero y popular, apelarán a la vieja herramienta del anticomunismo y la división.

Esto ha sido notorio especialmente ante la movilización de los trabajadores de la educación, el conflicto de la pesca, en su valoración general de la orientación de nuestro PIT-CNT etc. Quien se ofrezca consciente o inconscientemente a este objetivo, estará sirviendo a los peores intereses de las clases dominantes y la derecha.

En la gran movilización del próximo 25 de julio estas y otras cuestiones quedarán más que claras.



Montevideo, Uruguay
Unoticias

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