Radio Contacto sur

lunes, 30 de julio de 2012

Revelaciones de Videla sobre la complicidad de la Iglesia Católica con la dictadura

Por Horacio Verbitsky (*)

Videla habló con una revista de Córdoba sobre la complicidad de la Iglesia Católica con la dictadura militar. El rol de Laghi y Primatesta y el testimonio de un ex sacerdote. No sólo asesoraron a la Junta sobre cómo manejar la cuestión de los detenidos-desaparecidos.

También le ofrecieron sus “buenos oficios” para informar a algunas familias del asesinato de sus hijos garantizando que no lo hicieran público. Se comprende por qué hasta hoy la Iglesia no ha excomulgado a Videla.El ex dictador Jorge Videla dijo que el ex nuncio apostólico Pío Laghi, el ex presidente de la Iglesia Católica de la Argentina Raúl Primatesta, y otros obispos de la Conferencia Episcopal asesoraron a su gobierno sobre la forma de manejar la situación de las personas detenidas-desaparecidas. Según Videla la Iglesia “ofreció sus buenos oficios” para que el gobierno de facto informara de la muerte de sus hijos a familias que no lo hicieran público, de modo que cesaran la búsqueda. Esto confirma el conocimiento de primera mano que esa institución tenía sobre los crímenes de la dictadura militar, como consta en los documentos secretos cuya autenticidad el Episcopado reconoció ante la justicia hace dos meses. Pero además muestra un involucramiento episcopal activo para que esa información no trascendiera tampoco por comentarios de los familiares de las víctimas, de cuyo silencio la Iglesia era garante.


Diálogos en la cárcel
El reportaje con la revista cordobesa El Sur, que edita en Río Cuarto Hernán Vaca Narvaja, se realizó antes de los concedidos al periodista español Ricardo Angoso y al argentino Ceferino Reato, pero sólo se divulgó esta semana. Fue realizado en tres partes por el periodista Adolfo Ruiz, en la cárcel de alta seguridad de Bouwer, donde el ex jefe de la Junta Militar estuvo detenido entre el 26 de junio y el 23 de diciembre de 2010, mientras se extendieron las audiencias del juicio por los crímenes de lesa humanidad cometidos en la cárcel de Córdoba conocida como UP1. Videla fue condenado en ese proceso a prisión perpetua por los asesinatos de 31 prisioneros dentro de la cárcel o mediante fraguados intentos de rescate en ocasión de traslados. Videla recibió a Ruiz el 6 y el 13 de agosto y el 18 de octubre de 2010 en el locutorio de la cárcel de Bouwer, cuyos dos mil internos superan el número de pobladores de esa pequeña ciudad, que hasta hace dos años fue el depósito de los residuos domiciliarios de Córdoba. Antes de comenzar puso como condición que sus palabras recién se difundieran cuando dejara la provincia, como consta en la carta manuscrita que se reproduce aquí.
Como en aquellas otras entrevistas y en sus alegatos judiciales, Videla justificó el plan que aplicó la Junta Militar por los “decretos de aniquilación” firmados por el ex presidente interino Italo Luder, que constituyeron “una licencia para matar concedida por un gobierno democrático”. Cuando el periodista le inquirió si esa licencia incluía las torturas, el robo de bebés y el saqueo de los bienes de las víctimas, dijo que esas “bajezas humanas” se debieron al gran “poder y libertad de acción otorgados al Ejército”, situación en la cual “es inevitable que muchos utilicen esas libertades en beneficio propio”.
Agregó que con los juicios él y sus camaradas pagan el costo de “no haber blanqueado” los métodos dispuestos entonces. Videla sostiene que “hacia el final de mi mandato, entre el ’80 y el ’81, se llegó a evaluar la posibilidad de publicar la lista, blanquear los desaparecidos”. Explica que “no era tan fácil, porque además íbamos a estar expuestos a la contra pregunta. Si a una madre le decíamos que su hijo estaba en la lista, nadie le impediría que preguntara ¿dónde está enterrado, para llevarle una flor? ¿quiénes lo mataron? ¿por qué? ¿cómo lo mataron? No había respuestas para cada una de esas preguntas, y creímos que era embochinchar más esa realidad, y que sólo lograríamos afectar la credibilidad.
Entonces en ese momento no se quiso correr ese riesgo”. El razonamiento es idéntico al que Videla suministró a la Comisión Ejecutiva del Episcopado, cuando los obispos le transmitieron que el método de la desaparición de personas produciría a la larga “malos efectos”, dada “la amargura que deja en muchas familias”. Pero la fecha es muy anterior a la que menciona el dictador. Ese diálogo tuvo lugar el 10 de abril de 1978 durante un almuerzo de Videla con la Comisión Ejecutiva del Episcopado, que presidía el arzobispo de Córdoba Primatesta y que también integraban los arzobispos de Santa Fe y de la Capital Federal, Vicente Zazpe y Juan Aramburu, como vicepresidentes.
Primatesta hizo referencia a las desapariciones producidas durante la Pascua de 1978, “en un procedimiento muy similar al utilizado cuando secuestraron a las dos religiosas francesas”. Videla respondió que “sería lo más obvio decir que éstos ya están muertos, se trataría de pasar una línea divisoria y éstos han desaparecido y no están. Pero aunque eso parezca lo más claro sin embargo da pie a una serie de preguntas sobre dónde están sepultados: ¿en una fosa común? En ese caso, ¿quién los puso en esa fosa? Una serie de preguntas que la autoridad del gobierno no puede responder sinceramente por las consecuencias sobre personas”, es decir para proteger a los secuestradores y asesinos. El detalle de este diálogo consta en una minuta que los tres arzobispos redactaron en la sede del Episcopado en cuanto concluyó el almuerzo para enviarla al Vaticano. La autenticidad de ese texto fue reconocida por la Conferencia Episcopal, que hoy preside el arzobispo de Santa Fe, José Arancedo, ante una consulta de la jueza federal de San Martín, Martina Forns, luego de su publicación aquí. Pero en el reportaje con El Sur, Videla describe un grado de complicidad de la Iglesia Católica con los crímenes de su gobierno superior a lo que se conocía y con un carácter institucional que comprende tanto al Episcopado local como a la sede central en Roma. No se trata sólo de callar lo que sabían para no “hacer daño al gobierno”, como dijo Primatesta aquel día de 1978, sino incluso de asesorar a la Junta Militar y garantizar que tampoco los familiares de las víctimas contaran lo que había ocurrido con sus hijos. Lo que sigue es la transcripción textual del tramo de la entrevista sobre el tema:

–No deja de llamar la atención la forma en que se refiere a la situación de los desaparecidos. Hace sentir que para usted es un tema pendiente.–La desaparición de personas fue una cosa lamentable en esta guerra. Hasta el día de hoy la seguimos discutiendo. En mi vida lo he hablado con muchas personas. Con Primatesta, muchas veces. Con la Conferencia Episcopal Argentina, no a pleno, sino con algunos obispos. Con ellos hemos tenido muchas charlas. Con el nuncio apostólico Pío Laghi. Se lo planteó como una situación muy dolorosa y nos asesoraron sobre la forma de manejarla. En algunos casos, la Iglesia ofreció sus buenos oficios, y frente a familiares que se tenía la certeza de que no harían un uso político de la información, se les dijo que no busquen más a su hijo porque estaba muerto.


–No parece suficiente.
–Es que la repregunta es un derecho que todas las familias tienen. Eso lo comprendió bien la Iglesia y también asumió los riesgos.
Hasta la expresión impersonal escogida por Videla (“se lo planteó”, “se les dijo”) trasluce la identidad entre Iglesia y Dictadura.


El rol de Laghi
La minuta para el Vaticano también muestra el conocimiento de la Iglesia sobre el secuestro de las religiosas francesas Alice Domon y Léonie Duquet. Sin embargo, cuando la superiora de las monjas en la Argentina, Evelyn Lamartine, y la religiosa Montserrat Bertrán recurrieron a Laghi, el nuncio las miró “como si fuéramos bichos asquerosos, y nos dijo: ‘Nosotros no sabemos nada, por algo habrá sido’. Montse se arrodilló y le rogó que hiciera algo. El se la sacó de encima, instintivamente, describe Evelyn, que entonces pensó: ‘Dios no se olvida de lo que dijiste’”. Su testimonio fue recogido por María Arce, Andrea Basconi y Florencia Bianco, cuya investigación fue publicada por Clarín en 2007. Un obispo y una madre superiora llegaron desde Francia para interesarse por Alice y Léonie, pero Primatesta ordenó desmentirlo y explicar que sólo venían a pasar Navidad. En 1995, bajo la conmoción de las revelaciones del ex capitán Adolfo Scilingo sobre el asesinato de prisioneros arrojados al mar, la esposa del secuestrado periodista Julián Delgado, María Ignacia Cercós, contó que el Comandante en Jefe de la Armada Armando Lambruschini consultó con Laghi acerca del destino de 40 detenidos-desaparecidos en la ESMA, que su antecesor, Emilio Massera, le había entregado al retirarse. Lambruschini no quería matarlos pero temía que si los dejaba en libertad contaran lo padecido en la ESMA, tal como ocurrió, y le preguntó a Laghi qué hacer. Según Cercós, el concimiento de Laghi sobre lo que sucedía en aquel campo de concentración llegaba hasta la nómina de los prisioneros que aún quedaban con vida. Ante el pedido de María Ignacia, Laghi consultó esa lista y “me dijo que Julián no estaba entre ellos. Quiere decir que tenía pleno acceso a la información”.
En aquel momento, el propio Massera defendió a Laghi de tales “noticias calumniosas” y dijo que se preocupó en forma permanente por la suerte de “los llamados desaparecidos”. El problema es que Laghi había elegido la estrategia opuesta: negar que hubiera conocido la índole y la extensión de las violaciones a los derechos humanos. Dijo que “no tenía ni micrófonos ni espías que fuesen a los cuarteles a ver lo que los militares hacían”. Sus amigos Oscar Justo Laguna (quien al morir este año estaba procesado por la justicia federal de San Nicolás, por haber mentido en su testimonio sobre el asesinato de su colega Carlos Horacio Ponce de León), Alcides Jorge Pedro Casaretto, Carlos Galán, Domingo Castagna y Emilio Bianchi di Carcano sostuvieron que declaraciones como la de María Ignacia Cercós podrían “reinstalar entre nosotros no ya la violencia de las armas sino la de la venganza”. La esposa de Julián Delgado dijo entonces que durante años estuvo agradecida a Laghi por sus gestiones. “Pero ahora sé que no puedo perdonarle su silencio cómplice. Me siento un monstruo por haber escuchado esas cosas sin reaccionar.” El propio jefe máximo de aquella Junta Militar, sin el menor asomo de crítica, confirma tres décadas después el asesoramiento de Laghi sobre el secreto más horrendo y peor guardado de la dictadura.


La Eucaristía
Recuerdos coincidentes tienen muchos sacerdotes que en aquellos años frecuentaron a Laghi. Uno de ellos, Hugo Collosa, de Rafaela, le narró al periodista Carlos del Frade que Laghi visitó esa ciudad santafesina luego de la muerte de su obispo, Antonio Alfredo Brasca, incendiado por un cáncer en 1976. La enfermedad se adelantó a las Fuerzas Armadas, que lo tenían en su lista corta de aversiones. En el Obispado se reunían las agrupaciones laicas que militaban en los barrios más humildes y las del peronismo revolucionario, que tenían algunos miembros en común, entre ellos un sacerdote. Brasca se había manifestado en apoyo del movimiento de Sacerdotes por el Tercer Mundo junto con los obispos Enrique Angelelli, Ponce de León y Alberto Devoto. “Laghi vino a maltratarnos”, dice Collosa, quien ya no es sacerdote. “No tenía ninguna intención de discutir el perfil del nuevo obispo ni mucho menos que se siguiera la línea de Brasca.
Lo llevamos a almorzar en un comedor para chicos de la ciudad y allí, a varios sacerdotes, nos contó de los vuelos de la muerte, de los secuestros, las desapariciones y las torturas. Es decir que ellos ya sabían lo que estaba pasando con lujo de detalles desde mucho antes que 1978. Y hablaba con fundamento de lo que hacía cada una de las tres armas. Nosotros ya habíamos sufrido el secuestro del padre Raúl Troncoso que militaba en barrio Fátima, y estábamos muy preocupados. Después lo mandaron a Cassaretto que hizo una pastoral totalmente distinta a la de Brasca y bien cercana a los sectores dominantes de la ciudad”. La primera entrevista de Videla con el periodista cordobés se interrumpió cuando lo trasladaron al Hospital Militar para tratarse de una incipiente bronquitis. Formaba parte de la comitiva que buscó a Videla “un hombre canoso que venía, cáliz y alba en mano, a darle la Eucaristía”. Es decir que pese a las sucesivas condenas por los más graves delitos, la Iglesia Católica no consideró necesario excomulgarlo, pena eclesiástica que impide la recepción de los sacramentos y se aplica a los pecados graves. El no considerar como tales los delitos de Videla certifica la prolongación en el tiempo de la complicidad eclesiástica con ellos.


(*) Periodista, escritor. Argentina

http://www.bitacora.com.uy/noticia_4540_1.html 

miércoles, 18 de julio de 2012

miércoles, 4 de julio de 2012

Embajador de buena voluntad de ONU para los refugiados

“Utilíceme”: Osvaldo Laport se ofreció a Mujica para impulsar el voto consular de los uruguayos en el exterior

El Presidente Mujica recibió en su despacho de la Torre Ejecutiva al actor Osvaldo Laport que es, además, embajador de buena voluntad del Alto Comisionado de Naciones Unidas para Refugiados (ACNUR). Participó de la reunión el ministro (i) de Relaciones Exteriores, Roberto Conde, quien informó que Uruguay atiende a una centena de refugiados y que se requiere del apoyo de las organizaciones para atender a más víctimas.

Miércoles 04 de julio de 2012 | 12:37
La Republica
Laport con Mujica
“Le dije al presidente: utilíceme también para esta intención del voto consular. Cuantos miles de uruguayos hay que no tenemos la posibilidad de comprometernos con nuestras raíces”, manifestó el popular actor uruguayo Osvaldo Laport a la salida de su reunión con José Mujica en la Torre Ejecutiva.
Tras una charla “coloquial y cordial” de unos 40 minutos, el actor uruguayo le informó al Presidente de la República, José Mujica, sobre los alcances de su labor como embajador voluntario de ACNUR, en experiencias en el Congo y en la frontera entre Colombia y Ecuador. En conferencia de prensa, Osvaldo Laport y el ministro (i) Conde explicaron la importancia de las políticas de atención a refugiados.
ACNUR se creó en 1950 para atender a los refugiados post guerra, con la idea de funcionar por un lapso de tres años pensando que en ese período iba a solucionarse la difícil realidad de las personas que tuvieron que exiliarse durante la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, informó que hoy existen unas 33 millones de personas que a nivel mundial son víctimas de persecución por discriminación racial, religiosa o política.
En su rol de embajador de buena voluntad, Laport se encarga de visibilizar las situaciones de crisis humanitaria para que los pueblos puedan tener otras realidades. Un ejemplo de este tipo de crisis es frecuente en la frontera entre Colombia y Ecuador donde unos 4 millones de personas son víctimas de desplazamiento interno con el objetivo de salvar sus vidas, realidad que el actor afirmó que es poco conocida por el público en general.
Actualmente, ACNUR lleva adelante una campaña para concienciar el trabajo de esta agencia y sensibilizar sobre lo que significa ser refugiado. En esa línea, el actor extendió su rol de embajador de ACNUR para atender temas que involucren también a la sociedad uruguaya, y a modo de ejemplo, señaló el tratamiento del voto consular.
Por su parte, el canciller interino, Roberto Conde, agregó que a través de esta visita se informó al Presidente Mujica sobre la política de refugiados que lleva Uruguay, la cual es administrada por la Comisión para los Refugiados (CORE). “Un país pequeño dando refugio a unos centenares de personas de cualquier manera contribuye a algunos dramas especialmente muy cercanos”, aseguró.
En esa línea, afirmó que de las víctimas desplazadas por el conflicto interno en Colombia, unas 60.000 se encuentran refugiadas en Ecuador, país que solicitó apoyo a la ACNUR y a los países hermanos para aliviar el peso creciente de la cantidad de refugiados. Uruguay recibe anualmente unas 15 a 20 familias, la mayoría de ellas colombianas procedentes de Ecuador. “Con la ayuda de Osvaldo, con su política de visibilización de este drama humano, pensamos obtener cada vez más cooperación de distintas instituciones del Estado y organizaciones sociales”, subrayó.
Además, señaló que este tema ya se trata a nivel del Gabinete Social con la finalidad de ampliar los cupos y obtener más capacidad de ayuda para los refugiados. Actualmente, Uruguay lleva adelante un programa de refugiados para mujeres solas con hijos; y otro de reasentamiento rural, considerando que muchas de las personas refugiadas provienen de ese medio.

domingo, 1 de julio de 2012

Uruguay 1930

Un perro de la CIA

Un perro de la CIA

sábado, 30 de junio de 2012

Un perro de la CIA

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   Viernes, 29 de Junio de 2012
Lacalle se ofrece al presidente Franco como nexo con el exterior 
 El exmandatario uruguayo criticó con dureza al Mercosur por suspender al país sudamericano del bloque y ofreció al gobernante su apoyo a título personal.

Lacalle en Paraguay
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  Declaración final de la Cumbre del MERCOSUR .
Hace un año junto al consejero James Willard
Blancos se inspiran en el ’58: la CIA con Lacalle
 
Luis Alberto Lacalle está en tratativas con la agencia internacional de inteligencia de los Estados Unidos (CIA, por sus siglas en inglés), para incorporarse a su plantilla de agentes.

La noticia trascendió el lunes, mientras el Partido Nacional conmemoró los 50 años de su victoria electoral de 1958. La misma que rompió casi un siglo de hegemonía colorada, llevando al poder al eje herrero-ruralista: la alianza derechista conformada por Luis Alberto de Herrera y Benito Chicotazo Nardone, el caudillo rural cuya vinculación con la CIA se ha denunciado recientemente.

“Es para mí un gran honor seguir los pasos de Chicotazo, un verdadero patriota en cuyas filas fue senador nacionalista el más tarde presidente Juan María Bordaberry”, dijo Lacalle, mientras Jorge Larrañaga se escondía detrás de una columna de la sede partidaria.

Los blancos aprovecharon la conmemoración para presagiar lo que consideran un casi seguro éxito electoral en los comicios del año próximo. “El Cuqui hace bien en aceptar la oferta de los gringos, es un punto a favor para cuando tenga que mendigar el 10% de Pedro (Bordaberry) para el balotage”, comentó una fuente herrerista.
Un agente de la CIA
 
Lacalle: lo mas rancio 
 Dime con quien andas y te diré quien eresDesde que el doctor Luis Alberto Lacalle dejó la Presidencia de la República, parte de su tiempo ha estado dedicado a establecer contactos con lo más graneado de la derecha mundial.

Dos figuras han sido sus preferidas: el ex presidente del gobierno español, el conservador José María Aznar, y el periodista cubano-español Carlos Alberto Montaner. 
 


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