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domingo, 5 de febrero de 2012

DENUNCIA PENAL POR TORTURAS: "OPERACIÓN MORGAN", "BATALLÓN 13º"

de Marys Yic, el Domingo, 5 de febrero de 2012 a la(s) 18:25
Fecha y lugar donde fue detenido Nuble Yic:

Es detenido de nuestro domicilio a las 2.00am, por seis personas, de particular y armadas con armas largas, del 22 de octubre de 1975. Esposado y encapuchado, delante de su esposa e hijas menores de edad, se lo llevan con paradero desconocido sin dar explicación alguna de los motivos de su detención a sus familiares. (El recorrido por los centros clandestinos de detención y tortura lo verificaríamos años más tarde, en democracia, por testigos)

Lugares de detención y fechas o períodos que permaneció en cada uno:

El 22 de octubre 1975 es trasladado al centro clandestino de detención y torturas “Casa de Punta Gorda”, ubicado en Rambla República de México 5515 llamado “Infierno Chico” o “300 Carlos R”.

Hacia el final de mes pasa a una casa en la calle Juan Paullier 1190 (ex “Cárcel del Pueblo”)
Allí estuvo solo unos días en “depósito”.

El 2 de noviembre es llevado a uno de los galpones del Servicio de Material y Armamento al fondo del Batallón de Infantería Nº 13 ubicado en Av. de las Instrucciones 1325.
CCD llamado “Infierno Grande”, o “La Fábrica” o “300 Carlos”.

El 2 de diciembre lo pasan al Batallón de Infantería 2º y 3º en el km. 14 de Camino Maldonado, donde muere, el 15 de marzo de 1976, de un paro cardíaco a causa de las torturas recibidas.

Torturas aplicadas a Nuble Yic en los centros de detención, según testimonios:

Utilización de perros: (Batallón Nº 13) “La noche de los perros fue una de las peores. Ya habíamos oído perros ladrando y nos imaginamos que eran como los animales buenos y fieles que mimamos. Pero estos perros eran diferentes, como luego lo descubrí. Suspendieron a tres personas, una mujer y dos hombres en un rincón. A la mujer la colgaron del pelo y a los hombres por debajo de los brazos. Sus pies estaban a 4 o 5 centímetros del suelo. Los perros permanecían debajo de ellos ladrando (sic). Pude visualizar a los tres. La mujer, afortunadamente para ella, se desmayó. Los perros nunca dejaron de ladrar. Al amanecer, les preguntaron si tenían algo que decir. Nadie contestó. Volvieron en sí a la mujer tirándole agua y le hicieron la misma pregunta. Ella tampoco contestó. La bajaron y la tiraron al piso, los perros la atacaron. “Quieto Zorro”, dijo uno. El perro gruñó afectuosamente a su amo. Todos se fueron, perros y hombres, los últimos guiando, lentamente e intencionalmente, los perros siguiéndolos, fieles y sanguinarios. Enseguida de esto, alguien cortó las cuerdas y los hombres cayeron al piso. Puedo imaginar el dolor que sentían. Luego de permanecer colgados así por horas y horas, toda la sangre corre a los brazos y las piernas, y caer de repente es muy doloroso. Después de caer quedaron inmóviles. Nuble Yic, el gremialista del Cerro, era uno de ellos. Me enteré que su mujer lo vio después en el cuarte del km. 14 luego que la orden de incomunicación fuera levantada. Frente a los guardias y otros detenidos, dijo como habían sido torturados, murió al otro día. Entró al “Infierno” y lo dejó de la misma forma, en silencio. A pesar de la prohibición de abrir el cajón, las personas que lo hicieron, vieron sus piernas amoratadas y su cuerpo marcado”.
(Documento obtenido en Cancillería – Ministerio de Relaciones Exteriores. Denuncia a un centro de detención y torturas, el Batallón Nº 13, llamado “El Infierno”. Ante Amnistía Internacional Londres – Campaña por la abolición de la tortura. Boletín mensual 15 de julio de 1977)
Capucha permanente: Este procedimiento comenzó desde el momento de la detención y duró por meses hasta levantada la incomunicación. Esto causa perturbaciones visuales, infecciones oculares, vértigos, sordera, impide la respiración normal y se acentúa la situación de aislamiento al perder toda noción del tiempo y espacio.

Plantones: Consiste en mantener al detenido de pie, en posición rígida, durante horas o días, hasta el límite de su resistencia y, si cae por falta de control sobre el cuerpo, es golpeado por los guardias. Se le mantiene en esta posición a la intemperie y desnudo. Con frecuencia se exige que permanezca con las piernas separadas y los brazos horizontales o las manos atrás de la nuca. El cuerpo comienza a tensionarse y pierde la sensibilidad. Esto produce hinchazones y edemas en las piernas, desvanecimientos, estados de angustia llegando a la alucinación, várices y trastornos cardio-vasculares.

Picana eléctrica: Aplicación de corriente eléctrica mientras el detenido estaba atado a una cama metálica sin colchón, desnudo y mojado para aumentar la conducción de electricidad que puede llegar a los 200 volts. Esto provoca serias quemaduras, hinchazón del cuerpo, shock con pérdida de conocimiento, paro cardíaco y crisis convulsivas. Debido a estos riesgos, muchas veces se hacía presente un médico que evaluaba el estado físico de la víctima y aconsejaba o no continuar con la aplicación de electricidad.

Submarino mojado o tacho: Se sumergía al detenido en un recipiente con agua, generalmente con orina y excrementos, y se lo mantiene hasta el límite de la asfixia. Otra variante era introducir un cable con electricidad en el recipiente. Esta práctica tiene como consecuencia asfixia, hipertensión venosa y arterial, infarto cardíaco, edema agudo de pulmón, abscesos pulmonares y crisis de asma.

Submarino seco: Se colocaba en la cabeza del detenido una bolsa de nylon, se ata alrededor del cuello y se aprieta hasta ocasionar asfixia.

Colgamiento: Consistía en levantar el cuerpo de la persona con las manos esposadas o atadas con alambre hacia atrás, de ellas se lo izaba fuertemente y se lo colgaba del techo u otro lugar de altura considerable. Las articulaciones de los brazos quedan completamente forzadas, en posición contraria a la normal, se pierde sensibilidad y capacidad de respuesta y movimientos. Puede ocasionar también fractura de clavículas. En esta posición se dejaba la víctima durante horas o días.

Golpizas: De todo tipo y forma, golpes de karate, con palos, con varillas de acero, cachiporras de goma, trapos mojados. El “teléfono” consistía en golpear los oídos con las palmas de las manos, provocando hemorragias y serios problemas auditivos.

Hambre y sed: La privación de líquidos y alimentos en cantidad y calidad necesaria para el organismo durante largo tiempo tiene evidentes efectos devastadores en lo físico y psicológico.

Prohibición de ir al baño.
Baños de agua fría en horas de la madrugada.

La familia:
La familia recibió un torbellino incesante de tortura psicológica, buscando despedazarla imponiendo el terror.
El día de la detención lo encapucharon y esposaron delante de sus hijas menores de edad. También saquearon la casa llevándose hasta los cuadernos y libros escolares.
Estuvo casi 5 meses en condición de “desaparecido”. La búsqueda fue desesperante.
A principio de año mi madre debía llevar, una vez por semana, una bolsa con ropa, alimentos y medicamentos al Prado y traer la anterior. Cuando volvía a casa y abría la bolsa, encontrábamos su ropa rota y llena de sangre, los alimentos descompuestos, y la medicación que jamás le dieron. Mi padre era un enfermo cardíaco, pero su delicado estado de salud no fue óbice para que lo torturaran meses enteros.

La visita:
La primera y única visita fue el día antes de su fallecimiento, en el km. 14 de Camino Maldonado.
Siendo menor de edad fui desnudada completamente para la revisación sin estar mi madre presente. Luego conducida a la visita. Los soldados armados nos apuntaban, no podíamos tocarnos.
Debo destacar que en esa corta visita mi padre le cuenta a mi madre sobre las crueles y sistemáticas torturas que estaban siendo sometidos todos, y sabiendo que era probable que no saliera con vida de aquello, le pide expresamente que denuncie esa situación.
Al dolor de una muerte injusta, cruel y repentina, los seres queridos debimos sumar el hecho de que se entregara un ataúd con expresa prohibición de abrirlo. Sin embargo y pese a ello, funcionarios de la empresa fúnebre (El Ocaso, Montevideo), allegados y nosotras, vimos y constatamos las marcas de la saña y la cobardía en su cuerpo: fracturas de clavículas debido a las brutales colgadas, piernas ennegrecidas por los eternos plantones, quemaduras de la picana eléctrica, uñas de los pies arrancadas, marcas y cicatrices en todo el cuerpo.

Denuncias anteriores:

Denuncia Penal Original. (Archivada)
Ficha 2-48475/2007
Juzgado de 19º turno
Juez Luis Charles y Fiscal Elsa Machado
Pedido de desarchivo: (Archivado)
Denuncias ante AIU y Parlamento Nacional.

Desde el año 2010 la causa está en el Juzgado de 7º turno a cargo de la Jueza Mariana Motta y la Fiscal Ana María Tellechea (expediente madre contra el dictador Juan María Bordaberry)
Ficha 2-21986/2006
Declaración de inconstitucionalidad año 2010
Denuncia desglosada con el Nº             88211/2011      




EN CRYSOL FIRMANDO LA DENUNCIA ANTE LOS ABOGADOS DE IELSUR.

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