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miércoles, 8 de enero de 2014

Como nos ven

A pesar de la oposicon vernacula de el Uruguay el pais crece y es reconocido a nivel  mundial 
Ruben Suarez 
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ideario
    Ideario accedió al último Informe de Coyuntura del Instituto de Ciencia Política de la UdelaR, y brinda una síntesis del artículo de Gerardo Caetano y Gustavo de Armas sobre la agenda de reformas que se plantean en este año electoral, para seguir avanzando en la construcción de un Uruguay con desarrollo económico y equidad social.
    El Informe de Coyuntura Nº 12 del Instituto de Ciencia Política (ICP) de la Universidad de la República (UdelaR), que aún no se presentó oficialmente, reúne en 283 páginas (“Políticas en tiempos de Mujica III, A un año de las elecciones nacionales”), una veintena de estudios producidos por integrantes de la academia, sobre “asuntos y visiones de la coyuntura”, “actores e instituciones”, y “políticas públicas”.
    El primero de esos estudios (“Uruguay: ¿un país desarrollado en su bicentenario?. Un desafió que se incorpora a la agenda”), tiene como autores a Gerardo Caetano, que coordina el Observatorio Político del ICP, y Gustavo de Armas, que es profesor adjunto e investigador en esa institución universitaria estatal. En la misma línea de reflexión ya iniciada en el anterior informe, estos politólogos buscan dar respuesta a una interrogante central: ¿puede Uruguay convertirse en un país desarrollado en los próximos años?.
    “(…)El anuncio del Banco Mundial a comienzos de julio de este año en relación a que Uruguay se convirtió en un país de “altos ingresos”(…) constituye una información más, que ilustra que algunas cosas están cambiando en forma significativa”, señalan. “Cabe acotar que esta es la primera vez que Uruguay pasa del grupo de países de “ingresos medianos-altos”, en el que se encuentran la mayor parte de los países del continente, al grupo de países de “altos ingresos”, al menos desde que esta clasificación existe”. Esto, subrayan, es “una de las consecuencias del crecimiento sostenido que ha venido experimentando desde 2004 la economía uruguaya, proceso que coadyuvó (en) reducir la incidencia de la pobreza hasta alcanzar su valor mas bajo desde que existen registros estadísticos”.
    “(…) al término de esta década (nuestro país) tendrá muy probablemente un INB por habitante (índice nacional bruto per cápita) superior a los veinte mil dólares, similar al promedio del tercio de países dentro del grupo de “altos ingresos” con menores registros (y) aproximadamente el 64 % del promedio del tercio intermedio”.
    Para Caetano y De Armas reflexionar en esta dirección resultaba hace muy pocos años “casi fantasiosa”. “Según las estimaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI), Argentina y Uruguay, y aún mas claramente Chile, alcanzaran valores muy similares a los de Portugal, Croacia y Polonia, y relativamente cercanos a los de Italia y España”. (ver recuadro con un comparativo elaborado por los autores, en base a datos del FMI de octubre de 2013).
    “Incluso por los vínculos culturales e históricos que unen a Uruguay con los países del Mediterráneo, el cotejo con esa región del mundo resulta válido y de interés”, afirman. “A fines de esta década el PBI per cápita de Uruguay será el equivalente a un 68 % del promedio de los cuatro países del Mediterráneo, y probablemente hacia 2030 será muy similar al de algunos de ellos, aun en la perspectiva de que sus economías retomen rápidamente la senda del crecimiento”.
    En este Informe de Coyuntura previo al año electoral, los autores entienden que mas allá de las visiones contrapuestas que sustentan los distintos partidos políticos que competirán en los comicios de octubre de 2014, “existen ciertos consensos básicos” acerca de que el país “registra una trayectoria positiva en los últimos diez años, lo que por cierto, como ocurre siempre, no depende solo del éxito de las políticas gubernamentales ni tampoco es la mera expresión de los vientos favorables del contexto externo”.
“La reconstrucción social luego del desplome del 2002 se refleja de manera sólida como se ha visto en anteriores trabajos (…), en múltiples indicadores. Se han consolidado algunos procesos relevantes en algunas áreas claves: “revolución” productiva en el sector agropecuario; mejora de la inserción económica internacional; estabilidad macroeconómica, incremento de la inversión extranjera y doméstica; capacidad de innovación en algunas áreas económicas, y capacidad para procesar -aún en la discrepancia-, alguna reforma clave (tributaria, de la salud, de la seguridad social, etc). Se ha verificado también una fuerte traducción de estos y otros desempeños satisfactorios en mayor bienestar, incremento general del consumo, y desde el 2007, una lenta pero firme reducción de la desigualdad en la distribución del ingreso”.
Caetano y De Armas destacan que existen coincidencia entre los actores, que no han podido aun ser superados en los hechos “expresiones de exclusión social, que se traducen en múltiples áreas (inseguridad, segregación territorial, déficit de integración social, etc). “En forma particular, -agregan-, se acumula evidencia en ciertas cuentas pendientes fundamentalmente en el tema capital de la formación calificada de recursos humanos (educación e innovación), en cubrir el desfasaje creciente entre el incremento productivo y las precarias condiciones de infraestructura en varios campos (lo que el presidente Mujica ha calificado como “apagón logístico”); en un incremento sostenido de la diversificación productiva y exportadora en el conjunto de los sectores económicos(…)”.
Para Caetano y De Armas, “aún con las controversias típicas de una fuerte anticipación de la contienda electoral, sin autocomplacencia puede percibirse un sistema político democrático que más allá de sus falencias, ostenta valores políticos en perspectiva comparada tantos en términos de institucionalización como de Estado de derecho, participación política y actitudes y pautas asociadas a la democracia”.
En vísperas e los comicios, los autores convocan a “fortalecer la capacidad de idear innovaciones, de imaginar, de recrear en definitiva, una nueva semántica de la política para el Uruguay de los próximos años”. En ese sentido, plantean un “listado”, de los asuntos mas cruciales a abordar en el futuro. Ellos son:
-“protección y profundización de una estabilidad económica signada en una perspectiva previsible de crecimiento sostenido”
-“conformacion de una estrategia de inserción internacional adecuada a los nuevos contextos en curso de cambio profundo”
- “expansión y modernización de nuestra base de infraestructura”;
- “transformación efectiva del conjunto del sistema educativa, desde una clara orientación hacia una mayot y mas sistemática calificación de la población”,
“conformar un sistema de invcestigacion e innovación en ciencia y tecnología que de sustentabilidad endógena a las transformaciones”,
- “revertir los factores persistentes que generan franjas amplias de vulnerabilidad y de exclusión social”,
-“fortalecer la cohesión social y los niveles de convivencia ciudadana”,
“ “consolidar la diversificación de la matriz productiva y exportadora en términos de conciliación con la sustentabilidad medioambiental”
-“forjar al mismo tiempo, las condiciones de un financiamiento que acompañe las prioridades de las transformaciones y que al mismo tiempo exija una mucho mayor calidad del gasto público, en particular del invertido en el campo social”,
- “una reforma efectiva y no declamatoria del Estado, en procura de hacer de él un instrumento genuino para las transformaciones del desarrollo”,
-“incrementar en forma constante la calidad de las instituciones democraticas”.
Los autores, en este artículo introductorio al décimo quinto Informe de Coyuntura del Instituto de Ciencia Política de la UdelaR, afirman que “(..)lo que cabe exigir, de cara al próximo ciclo electoral 2014-2015, es que la competencia atienda de manera jerarquizada esta dimensión semántica de la política y que el ciudadano se encargue de exigir capacidad proyectiva y audacia (de los distintos actores políticos)”.
“¿el sistema político uruguayo esta en condiciones de impulsar una reforma profunda en términos semánticos, que confirme el camino “al desarrollo”?”, se preguntan “¿Existen condiciones de afirmar una continuidad previsible de las transformaciones ante un cambio –aún no dramáticamente adverso-, de los contextos económicos internacionales? La calidad y el contenido de nuestros debates cívicos de los próximos años por cierto que influirán en las respuestas que daremos a estas y a otras preguntas igualmente acuciantes. Como sabemos, la historia uruguaya de su “larga duración” es pródiga en enseñanzas sobre las consecuencias relevantes de la dialéctica entre “impulsos” y “frenos”, subrayan (ver Biblioteca Artigas. Colección de Clásicos Uruguayos. Volumen 179. “El Impulso y su Freno”, Carlos Real de Azúa, 149 páginas).

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